Anna, que se acaba de quedar viuda se va junto con su hijo Max de 12 años, de vacaciones a un complejo de lujo en una isla remota, con la idea de descansar y olvidar los duros momentos que han pasado. Un día, unos malhechores asaltan el hotel de la pequeña isla y los toman como rehenes, pidiendo una gran cantidad de dinero a la embajada de su país.