Tras la unificación de Italia (1860), el campesino Carmine Crocco regresa a su tierra y se da cuenta de que, bajo el gobierno de los Saboya, las condiciones de vida de la población son todavía peores que antes. Decide entonces formar grupos de insurgentes ("briganti") que logran algunas victorias y toman el castillo de Melfi. Pero, finalmente, el gobierno piamontés envía un nutrido ejército que acaba con la revolución.